Flash nº 16

Título: Perderlo todo
Autor: Jerónimo Thompson y Roberto Cruz
Portada: Roberto Cruz
Publicado en: Mayo 2013

¿Quien es el misterioso velocista que ha irrumpido en la habitación de Linda? ¿Quien se esconde realmente bajo la máscara de Flash? No te pierdas esta lucha sin cuartel con la vida de Wally West como premio para el ganador...
Unas semanas antes…

Sus pasos repiqueteaban por todo el pasillo. A esas horas de la noche todo era silencio en Iron Heights y cualquier sonido era magnificado dentro de aquellas cuatro paredes. Resultaba extraña tanta tranquilidad después de todo lo que aconteció allí meses atrás, pero aquello ya era agua pasada. El alcaide Wolfe no sólo había invertido una importante suma de dinero para mejorar los sistemas de seguridad, sino que había doblado el personal de los diferentes turnos. Desde que los nuevos protocolos de seguridad habían sido implantados, todos los guardias debían de llevar un respaldo. Ahora incluso las revisiones nocturnas debían hacerse por parejas.

-Estoy hasta el culo de esto…

-¿Qué te pasa esta vez, Darren?

-¡Estoy harto, te lo digo en serio! Sigo sin ver la razón por la que tenemos que hacer esto de esta manera. Con toda esa mierda nueva que han instalado ninguno de éstos puede tirarse un pedo sin que lo sepan desde la Sala de Control. ¿Por qué tenemos que seguir viniendo a verles?

-¿Qué pasa? ¿Wolfe ha vuelto a joderte algún plan? ¿Quién es esta vez: Cheri o Tessie?

-Ninguna de las dos, listillo… Se llama Gwendolyn. Pero ése no es el asunto. ¿No piensas que Wolfe está paranoico o algo por el estilo? ¿Tú no ves esto excesivo?

-¿”Gwendolyn”? Te lo juro Darren, un día tienes que decirme dónde conoces a esas chicas… Jajajaja Y respecto a todo este tinglado, después de la que se armó aquí con toda la fuga de los Villanos , no me extraña que todo el mundo esté como está. ¡Y a nosotros que nos conviene! ¿De dónde ibas a sacar tú para poder tener tres amiguitas como las que tienes? Porque si no es por el dinero…

-¡Hey Hugh, no te pases! Que uno para estar casi en la cincuentena no está nada mal-bromea Darren metiendo tripa para estilizar su figura. Pero instantes después vuelve a relajarse, dejando que la “curva de la felicidad”, que una vez fueron sus orgullosos abdominales, vuelva a su posición original.

Y así, entre bromas, los dos hombres continúan su ronda hasta que ésta alcanza la zona más alejada de todo el penal. Allí, apartado de todo el mundo, existe una celda muy especial que poca gente visita.

-Venga Darren, vámonos de aquí. Este sitio me da escalofríos…

-¿Qué te pasa, Hugh? No me digas que te has vuelto una nenaza…

-No es nada de eso. Es que ese tipo… me da escalofríos- dice señalando a la maciza puerta que encierra al prisionero.

-¿Quién? ¿Zoom?- dice Darren con una sonrisa sardónica mientras golpea con su porra la puerta.

-¡¿Pero qué haces, loco?!- le recrimina Hugh totalmente asustado- ¡Sabes que tenemos totalmente prohibido hacer ruidos fuertes o dar golpes junto a su celda!

-Ya, ya… yo también me tragué toda esa perorata técnica que nos soltaron los de S.T.A.R. Labs sobre la energía vibracional y todo eso cuando lo instalaron pero… ¿realmente tú te enteraste de algo? ¡Vamos, confiésalo! Era como si nos hablasen en arameo…- contestó Darren entre risas- Además ¿no se han gastado millones de dólares instalando no-sé-qué aparatos amortiguadores por toda la celda para que eso no pase? Míralo, es escalofriante…- continúa diciendo mientras abre la puerta accediendo al interior de la celda. En el centro de la misma, rodeado de aparatología imposible compuesta, en su mayor parte, por amortiguadores y deflectores de energía, el cuerpo del preso 439567 conocido bajo el nombre código de “Zoom” permanece totalmente estático, como atrapado en ámbar. Docenas de monitores rastrean cualquier rastro de actividad fisiológica en su cuerpo pero desde hace meses, no registran nada en absoluto.– ¿Sabes? El otro día estuve escuchando hablar a los técnicos que venían a revisar los aparatos. Discutían si ese tipo continuaba vivo o no. ¿Te imaginas vivir atrapado de esa manera?

-¡Déjate de tonterías y vámonos ya de aquí de una vez! ¿Te imaginas qué nos puede pasar si nos pillan fisgando?

-¡No seas pesado! Aquí no baja nunca nadie…-protesta Darren. Por unos instantes permanece en silencio pensando para luego volverse hacia Hugh con una mirada maléfica-. ¿Sabes lo que es más aterrador de todo esto? Se lo escuché el otro día al mismísimo Alcaide Wolfe. No, sabes que no me gusta entrometerme en las conversaciones de los demás pero dio la casualidad que fui a recoger algo que me dejé olvidado en la taquilla y cuando salía, él estaba hablando con el jefe de los técnicos. Sabes que ese tipo, Wolfe, nunca me ha dado muy buena espina y no me hace ni pizca de gracia siquiera cruzarme con él para que me mire con esos ojos, oscuros, negros y fríos. Así que decidí esperarme a que terminase de hablar para que se marchase de una vez. Y entonces comentaron algo que yo no podía ni imaginar…- Darren sujeta por un brazo a Hugh que trata inútilmente de alejarse de su entrometido amigo. Él no quiere saber nada de lo que tenga que decirle puesto que seguro terminará por meterlo en un lío. Pero no puede. Darren se acerca aún más con aquella mirada maléfica (sabe muy bien que aquello no le gusta nada a Hugh) y, bajando la voz, le susurra al oído-. ¿Sabías que el tipo ese de ahí dentro podría no ser quien tú piensas? Todos pensamos que era el Profesor Zoom, el enemigo del viejo Flash, que habría vuelto de la muerte como sólo suelen hacer estos tipos con máscara . Pero lo que ellos dijeron era mucho peor: que el tipo de ahí dentro es en realidad…Wally West.

-¿Quieres dejar de decir tonterías? ¡Ése no puede ser Flash! ¡Lleva meses aquí encerrado y Flash ha estado salvando la ciudad de los Villanos y de otras amenazas ahí fuera!- protesta Hugh zafándose de la mano de Darren con un golpe.

-¡Te lo digo en serio! Decían no-sé-qué de que procedía de otra dimensión o de un futuro alternativo o algo así… pero ese tipo es como nuestro Flash pero en malvado. Incluso decían que estuvo trabajando para Luthor durante todo aquello tras el ataque a la comisaría , ¿te acuerdas? No había policía, la gente se organizaba para patrullar y defenderse, nos ayudábamos los unos a los otros… Si nos hubiesen dejado a nosotros seguro que todo hubiese terminado antes y mucho mejor. Pero no, los superhéroes tenían que ocuparse de todo…

-¡Que Wolfe no te escuche decir cosas como esas o te la cargas! Sabes muy bien que aquello no le gustó en absoluto…

-¿Y a mí qué lo que él piense? Sigo pensando que teníamos toda la razón del mundo y que las cosas se deberían haber hecho como decíamos nosotros…-el tono de Darren iba en aumento a medida que la ira y los recuerdos de la indignación que sintió en aquellos días revivían en su interior- ¡Y todo es por tu culpa!-grita encarándose con el paralizado villano- ¡Fue culpa tuya desde el principio! ¡Tú mataste a nuestros compañeros, maldito West! ¡Y luego fuiste otra vez tú y tus estúpidos compañeros de la Liga los que dejásteis a Luthor hacer lo que quisiese ! Si, sé que lo detuvisteis pero ¿para qué? Nada ha cambiado. Si no teníais las agallas para hacer lo necesario deberíais habernos dejado a nosotros. Yo sí sé qué deberíamos hacer con alguien como tú…- y, totalmente fuera de sí, Darren avanza hasta las cámaras de seguridad y desconecta los cables. Luego se acerca hasta el villano y desenfunda su arma, apuntando directamente a su cabeza- Sería tan fácil, tan rápido y sencillo…

-¡¿Pero te has vuelto totalmente gilipollas??! ¡Aléjate de ahí! ¡Voy a dar parte de ti inmediatamente al supervisor!-protesta Hugh lanzándose contra Darren tratando de detenerle con una llave. Por unos momentos ambos guardias forcejean, golpeando varios aparatos durante su lucha. Por fin, Darren se libera lanzando a Hugh por encima de su hombro y golpeándolo brutalmente en el rostro.

-¡¡Tú no vas a decir nada, pedazo de mierda!! ¡Y como me entere de que has abierto el pico te juro que será lo último que harás en tu puta vida!

Hugh se limita a asentir pues apenas puede hablar por culpa de la sangre que inunda su boca. Sabe muy bien que Darren está lo suficientemente loco como para cumplir su amenaza. Es mejor por ahora callar y no llevarle la contraria.

-¡Así me gusta! Ahora límpiate que estás sangrando como un cerdo. No quiero que tengamos que darle explicaciones incómodas al supervisor por tu aspecto, ¿de acuerdo? Hay que evitar tentaciones que luego me hagan portarme mal contigo…

Los hombres se retiran sin ningún otro comentario. Pronto el sonido de sus pasos se pierde por los pasillos. Pero si se hubiesen esperado un poco más podrían haber sido testigos de algo muy especial. Sin que ninguno de los dos se diese cuenta, durante la pelea golpearon un instante el congelado cuerpo del velocista. No fue un golpe muy fuerte, ni siquiera llegó a moverse de su sitio. Pero liberó energía suficiente. Ni todos los amortiguadores que había instalados en su celda pudieron evitar que ese golpe no afectase a su cuerpo. Y con aquella energía cinética una chispa de vida se dispara en los ojos del villano.


Atrapado en un extraño accidente, al adolescente Wally West le alcanzó un rayo que lo bañó en una curiosa mezcla de productos químicos. Como a su mentor, su tío Barry Allen, se le concedió el don de la súper velocidad. Tras la muerte de su antecesor, y tras años de entrenamiento como Kid Flash, Wally ha heredado la identidad del velocista escarlata. ¡Hoy porta el legado del hombre más rápido del mundo! Hoy Wally West es...
 Flash creado por Gardner Fox y Harry Lambert
Wally West creado por John Broome y Carmine Infantino

-¡¡ APARTA LAS MANOS DE MI MUJER, BASTARDO!!!

Su nombre es Wally West. Es Flash. Entonces te preguntarás: si él es quien dice ser… ¿quién es el tipo que está junto a tu mujer en la habitación de este hospital?(1) Te lo podemos explicar pero me temo que tendrás que sentarte y tomar notas pues te va a sonar bastante increíble: hace tiempo apareció un tipo en la ciudad pero no uno de esos tantos que hacen acto de presencia tratando de enriquecerse con divertidos juegos y artilugios. Después de todos estos años, enfrentarse a un tipo de esos es casi divertido, como un juego para Flash. Pero éste era diferente… y peligroso. Tenía todas sus habilidades y mucho más, podía hacer todo lo que él… pero mucho mejor… porque era él mismo, un “Wally West” venido de un futuro alternativo donde lo había perdido todo y pretendía enmendar aquí, los errores que supuestamente lo habían hecho caer en desgracia, sin importar el precio que los demás tuviesen que pagar por ello. Fue una lucha muy dura viéndose enfrentado a su… doble oscuro. Hubo instantes en que pensó que no podría derrotarle… y no lo hizo. De repente, su rival quedó paralizado, como congelado en el tiempo(2), y había permanecido así desde entonces Wally lo había visitado en varias ocasiones, turbado por el origen de su rival, tratando de explicar cómo y porqué pudo llegar a eso… hasta aquel día. Estaba allí frente a él, después de haber resuelto todo el entramado de los experimentos genéticos en la policía de Keystone City y dudando otra vez de sus convicciones (¿Qué clase de héroe era si al final podía llegar a hacer algo así?) y entonces… nada. El siguiente recuerdo que tenía era despertar en la celda de Zoom, en la prisión de Iron Heights totalmente solo. ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo es que estaba allí? De algún modo, aquel bastardo había encontrado el modo de liberarse de aquella prisión tecnológica y le había puesto en su lugar. ¿Por cuánto tiempo? Oh, dioses… ¿qué habría hecho aquel loco en mi ausencia? “¡Oh no! ¡¡LINDA !!!!” La imagen de Zoom haciéndole… cualquier cosa a su mujer explotó en su mente y la desesperación le dio más alas que la fantástica Fuerza de la Velocidad que alimentaba sus poderes. Y ahora le ha encontrado allí, junto a ella, y la ira inunda cada célula de su ser.

-No… esto no puede estar pasando…-se lamenta William , murmurando.

-¡¡¿Wally??!!! –exclama sorprendida Linda- P-pero… ¡¿Qué diablos esta pasando?!!

-No te preocupes, amor mío. No pasa nada. Todo saldrá bien…-dice William besándola en la frente y tratando de calmarla.

-¡Te he dicho que le quites las manos de encima!-ordena de nuevo Wally, abalanzándose sobre su adversario.

Y entonces ambos hombres se desvanecen en el aire, dejando a Linda sola en la habitación y llena de preguntas sin contestar.


Wally West se lanza como poseído sobre William. Éste, en vez de apartarse, atrapa al velocista y, aprovechando su fuerza inercial, los catapulta a ambos a través de la ventana de la habitación. Aunque son más de 12 pisos de caída, ninguno de los hombres parece preocupado. Ambos son experimentados héroes y en más de una ocasión se han visto en una tesitura similar. Utilizando sus vastos poderes, los dos comienzan a correr a lo largo de la fachada del edificio hasta que terminan encontrándose en la entrada del mismo, frente a frente.

-¡¿Qué demonios le has hecho?!-pregunta encolerizado Wally.

-Nada, te lo prometo. Sólo le he dado todo lo que ella necesita, Wally. Ya pasé una vez por esto y sé lo que ocurrirá. Yo conseguiré que esta vez termine bien, que sea algo perfecto…

-¡No te atrevas a acercarte a ella de nuevo!- le amenaza Wally agarrándolo por las solapas.

-Deberías haberte quedado en Iron Heights. ¿No te das cuenta que yo sé cómo hacerla feliz? ¡Conseguiré que esta vez se quede a nuestro lado y no nos deje nunca! Y sabes que estoy dispuesto a todo para conseguirlo. ¡Aunque eso signifique terminar contigo!

William comienza atacando. Utilizando su supervelocidad, le lanza un puñetazo. Sólo gracias a sus rápidos reflejos, Wally puede “igualar la velocidad de su adversario” y esquivar el ataque en el último nanosegundo. Pero no consigue escapar de la onda de choque generada por la Fuerza de la Velocidad y termina cayendo al suelo. Se reincorpora rápidamente y carga contra él, derribándolo al suelo. Lo sujeta por el cuello, apretándolo con una mano mientras que con la otra lo golpea una, dos y tres veces, fuera de sí. La sangre comienza a brotar de la nariz de William quien le responde acumulando energía cinética en una de sus manos y lanzándola de forma devastadora contra su cara. Su cuerpo se retuerce por la fuerza del choque, casi levantándole del suelo. William aprovecha la ocasión para, de nuevo, hacer explotar energía cinética sobre Wally y apartándolo, de nuevo, varios metros de él.

Wally no tiene un instante de descanso. Antes de que consiga llegar al suelo, William ha llegado a su posición y, aprovechando su inercia, le asesta una terrible patada en su estómago. Abrumado por el dolor, hinca las rodillas contra el suelo mientras un vómito de sangre brota inevitablemente por su boca. William, jactándose de su momentánea victoria, le levanta tomándolo por el traje y le espeta en el rostro:

-Ríndete West. Sabes muy bien que no puedes derrotarme. No me obligues a hacerte más daño…

-¡Púdrete!- le contesta escupiéndole sangre en el rostro antes de darle un fuerte cabezazo en la nariz. El repentino dolor hace retroceder a William, dándole suficiente espacio a Wally para redoblar su ataque, lanzando una nueva tanda de fuertes puñetazos contra el rostro.

Y la lucha continúa sin cuartel. Pero hoy es diferente. Hoy no hay carreras interminables, ni juegos malabares, ni grandes despliegues de velocidad… No tienen tiempo. Ambos tienen muy claro qué es lo que se están jugando y lo que tales… demostraciones inútiles podrían ocasionarles. Pues hoy estos dos hombres luchan no sólo por el bien o la justicia, hoy está en juego su misma vida… Normalmente la gente piensa que dos velocistas, cuando pelean, se dedican a corretear uno detrás del otro. Y quizás así sea cuando hay diferencia en la velocidad que cada uno sea capaz de alcanzar. Pero en este caso, las fuerzas están demasiado igualadas. Sería inútil que cualquiera de los dos quisiese correr puesto que el otro se mueve a su misma velocidad. Pero para el resto del mundo la perspectiva es muy diferente. Mientras para ellos parecen haber transcurrido varios e interminables minutos de continua lucha, para el resto del mundo, todo ha ocupado poco más que un parpadeo. Así que hoy todo se reduce a lo más simple: un golpe tras otro y pura fuerza bruta.

- ¡Es inútil que te resistas Wally! ¡No consentiré que me arrebates todo lo que me corresponde!- ruge William.

Wally apenas puede contestarle. Le duele la mandíbula, los párpados… tiene un ojo hinchado, casi cerrado, como si fuese un boxeador. Tiene la nariz rota y la boca le sabe a sangre. La cabeza le zumba por culpa de tanto golpe. Está medio aturdido y le cuesta mantener el equilibrio pero no puede rendirse. Busca fuerzas de flaqueza trata de esquivar el ataque de su adversario que, aunque parece tener un aspecto tan lamentable como él, continúa atacando sin cesar propulsado por una furia casi descontrolada. Es inútil. Recibe un directo en toda la boca del estómago y el aire se escapa de sus pulmones. Angustiado no puede esquivar la siguiente combinación de puñetazos que le hacen volver a besar el suelo.

Por un instante pierde la concentración y se relaja… y comprende lo grave de su error. Ha desacelerado a velocidad normal y le ha dado a William toda la ventaja que necesitaba. Su cuerpo es ahora arrastrado por un vendaval de viento y velocidad como si de una hoja atrapada en un torbellino se tratase.

-¿Lo ves Wally? ¡No eres lo suficientemente fuerte como para detenerme! ¡Deja de luchar o me obligarás a hacerte daño permanentemente!

Wally no lo escucha y lucha por “restaurar” su velocidad pero, atrapado como está en un torbellino de aire, le va a resultar terriblemente difícil conseguir mover las moléculas del aire el tiempo suficiente para contrarrestar el impulso que les ha dado William al crear el torbellino, sobre todo allí y ahora, donde el tiempo transcurre tan “lentamente” que pierde su significado. Lo único que puede hacer es tratar de utilizar los escombros que William ha introducido en el torbellino y, ahora que “relativamente” es más veloz que ellos, utilizarlos como vía para abandonar el vendaval y alcanzar de nuevo el suelo.

-¡Bravo Wally! ¡Muy hábil! pero eso no será suficiente para terminar conmigo…

-Espero que esto sí- dice arrojándole diversas esquirlas que ha podido coger al vuelo durante su descenso. Sabe, que en su actual estado “acelerado”, no serán tan contundentes como lo serían contra un enemigo normal pero se conforma con que puedan distraerle momentáneamente. ¡Y parece que la suerte le acompaña! Consigue arrojar una, lo bastante afilada y con la suficiente puntería, como para provocarle una herida en la cabeza.

-¡Maldito cabrón!-protesta mientras se lleva las manos a la cabeza manchándoselas de abundante sangre. Pero por ese mero instante, quizás no más de 2 o tres nanosegundos, William pierde la concentración y “baja” su velocidad, dándole la ventaja que Wally necesita. Se lanza contra él a toda velocidad, lo que para el otro podría suponer… ser arrollado por un coche a toda pastilla. Debe seguir atacando, aprovechar su ventaja táctica todo el “tiempo” que pueda antes de que William pueda recuperarse; así que arrastra su fea cara por medio Keystone city antes de que pueda siquiera darse cuenta.

-¡¡Nunca debiste meter en esto a Linda o a mis hijos, bastardo!!! ¡Nunca dejaré que vuelvas a acercarte a ellos!!-le grita Wally.

-¡¡NOOOOO!! ¡Ella es mi Linda!! ¡¡ESOS SON MIS HIJOS!! ¡¡¡Tú no has hecho nada para merecértelos!!! ¡¡No has sufrido por ellos como yo!! ¡¡¡NO TE ATREVERÁS A ARREBATÁRMELOS!!!


No sabe el tiempo que ha transcurrido después de aquella explosión. No tuvo que ser demasiado. Su metabolismo acelerado suele permitirle que se recupere rápidamente. Pero eso no quita que sea doloroso. Tiene todo el cuerpo magullado, con múltiples heridas y laceraciones, además de las quemaduras causadas por la deflagración. “¿Dónde estoy? ¿Dónde está William? ¡Podría caer encima de mí en cualquier momento!” piensa Wally. Pero la cabeza le da vueltas y le cuesta centrar la visión… Y cuando lo consigue reconoce el lugar al instante.

-¡¡Qué adecuado!!, ¿verdad Wally? Un estupendo lugar para poner fin a esta estúpida disputa… Él fue el motor de nuestra vida antes incluso de que llegásemos a conocerlo. ¡Nunca imaginamos cuán importante sería! El destino es muy cruel, ¿te das cuenta? Pues uno de los dos terminará aquí esta noche: en el Museo de Flash .

William está allí de pie frente a él. No parece ni de lejos tan afectado como Wally, aunque su traje este también hecho jirones y las consecuencias de la pelea sobre su cuerpo aún sean evidentes. Las quemaduras, los cortes y las brechas lo cubren casi completamente a él también mientras la sangre brota por sus heridas pero la ira aún brilla en sus ojos, aterradora. Y de todos los edificios donde podrían haberse detenido, habían tenido que hacerlo precisamente en ese. Por el tremendo agujero que han hecho en la fachada aún puede verse la estatua de Barry. William se percata de hacia dónde dirige su mirada.

-¿Acaso imploras ahora ayuda al otro mundo, en tu hora más oscura? ¡No seas dramático! Tú y sólo tú, eres el responsable de lo que te está ocurriendo. Lo otro no es más que un recurso para los débiles. ¿Eso es todo lo que puede ofrecerme el gran Flash? Me recordaba mucho más fuerte y decidido. Quizás sea mejor que termine con esto de una vez y que sea yo quien honre la memoria de Barry como es debido…

-No te atrevas a…- un fuerte dolor en las costillas le hace doblarse en cuanto intenta moverse. No lo entiende. A esas alturas ya debería estar casi recuperado “¿Qué me está ocurriendo? ¡No siento mi conexión con la Fuerza de la Velocidad!”

-¿Qué te pasa? ¡Ah, por supuesto! Debes estar dándote cuenta ahora de que ya no tienes tus poderes. En esta etapa de mi vida, solía llamar a ese truco “robar la velocidad”. Unos años más tarde, comprendería todo su potencial: no sólo era “absorber la energía cinética de los objetos” sino que descubrí que podía a controlar “la puerta” que da acceso a la Fuerza de la Velocidad, abrir y cerrar el grifo a mi voluntad. ¡Pude poner esa fantástica energía al servicio de toda la humanidad! Pero no supe ver las terribles consecuencias que me acarrearía eso y lo que pensé que era una bendición, se convirtió en una maldición… Pero eso es algo que ya no te incumbe. Ahora mismo te he convertido en un ser humano normal, Wally. Ya no tienes velocidad, ni poderes de regeneración ni nada. Quiero proponerte un trato-. William se acerca y se agacha, hasta ponerse a su mismo nivel-. Márchate de aquí. Vete muy lejos y no vuelvas. No intentes nunca buscar a Linda o los niños. Yo me ocuparé de ellos. Estarán muy bien, te lo juro. No quiero otra cosa que darles lo mejor, todo aquello que no pude darles… la otra vez –se detiene a reflexionar unos segundos antes de continuar-. A cambio, te dejaré vivir. Vivirás como una persona normal, sin poderes para que no vuelvas a resultar un problema. ¡Podrás hacer lo que tú quieras, rehacer tu vida en otro sitio! Sé razonable Wally. Es lo mejor para todos…

-S-si piensas que voy a aceptar eso y renunciar a mi familia… ¡¡¡es que estás completamente loco!!!

El semblante de William se entristece y se vuelve sombrío mientras se incorpora. Después se aparta dando sólo unos pasos apesadumbrado, como si de repente sobre sus hombros recayese un gran peso. Su voz suena áspera cuando, por fin, se gira y le comunica su decisión:

-Yo no quería que esto terminase así, ¿sabes Wally? Yo sólo quería ser feliz… y lo conseguiré, cueste lo que me cueste. Aunque eso signifique que tengo que matarte. No me dejas más opción Wally… -le dice casi con lágrimas en los ojos mientras acumula a su alrededor energía de Velocidad para asestar el golpe final. Wally que, a duras penas puede moverse, lo único que puede hacer es cerrar los ojos y despedirse de Linda y de sus hijos, deseando de todo corazón que su vida a partir de ahora sea larga y próspera. "Dioses, ojalá pudiese volver a estar a su lado, estrecharte entre mis brazos y verlos a ellos, aunque sólo fuese por una vez…"

- Si ésta es la forma en la que te enseñé a hacer las cosas, creo que me equivoqué mucho contigo hijo…- dice una voz procedente de las sombras del museo.

-¿Q-quién anda ahí?

-Soy yo, Wally. Soy Barry Allen…


Continuará...


Referencias:
1.- Asi dejamos a nuestros protagonistas en el número anterior
2.- A groso modo estos son algunos de los hechos ocurridos durante la saga Utopia Perdida (AT-Flash #03-08)

2 comentarios :

  1. Bien, de nuevo tengo algo de tiempo y me voy a poner a capitulo con uno de mis bandos en AT. Leído este número que continua lo que ocurrió en el anterior, mientras nos explica de donde ha salido este Flash. Historia, realmente es movida e interesante, me ha gustado mucho (y tomo nota) de cómo deben pelear dos velocistas. Ha cambiado mi perspectiva de ese superpoder.
    La historia toma un giro muy interna y dramática, pero no por ella deja de ser interesante. Y de nuevo plantea un nuevo dilema con ese final. Ahora a esperar al próximo número. Por cierto, la sensación que tuve la otra vez, de estar leyendo a dos autores diferentes, ahora no la tuve.

    En fin, un excelente capitulo que deja con ganas de más. ¿Qué va a pasar ahora con Flash? ¡Qué grande y curiosa se está volviendo la mitología de Flash!

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    1. Antes de nada, muchas gracias por tu comentario, William!

      Me alegro mucho que te haya gustado el capítulo. La idea de recrear de este modo una lucha de velocistas me venía rondando la cabeza desde hace mucho tiempo y veo que el resultado, al menos, ha sido claro y entendible. Espero que el siguiente capítulo tampoco te decepcione.

      De nuevo, gracias.

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