Task Force-X nº05

Título: El espíritu de la Colmena
Autor: Juan B. Canto
Portada: Juan B. Canto
Publicado en: Febrero 2015

Y mientras la Task Force-X se activa, nuevas y terribles fuerzas se conjuran a su alrededor. ¡Descubre a la Colmena, una de las más pérfidas organizaciones del Universo DC! ¿Quién o qué se oculta bajo esas capuchas?
Durante los últimos cincuenta años, una unidad militar especial ha defendido a los EE.UU. de aquellas amenazas para las que nadie estaba preparado. El gobierno nunca ha reconocido conexión con ellos pero eso no impide que  estén dispuestos a hacer cualquier cosa, cualquier sacrificio, para cumplir su misión, aunque ello implique utilizar a los más perfidos villanos en sus operaciones. Ellos son ...
Creados por Robert Kanigher, Ross Andru y John Ostrander

Resumen de lo publicado: mientras la Task Force-X se reactiva bajo el liderazgo de King Faraday, un misterioso individuo ha asesinado a Damien Darhk, el lider de H.I.V.E.

H.I.V.E.(1) Olvidaos de siglas y acrónimos. Eso es cosa del pasado. Colmena. Eso es todo lo que importa ahora. Jerarquía. Orden. Sumisión. Pragmatismo y fría lógica. La política de los insectos. Construir y consumir para seguir construyendo. Sobrevivir. Crecer, multiplicarse. CONQUISTAR.

La sala del Consejo de los Siete. Nadie sabía quienes eran realmente, solo que eran individuos con poder e influencia. Y AMBICIÓN.

-¡COMO TE ATREVES! -Número Cinco tenía una voz grave, profunda y majestuosa, aunque cuando dejaba de hablar se le notaba que padecía algún tipo de problema respiratorio. Asma o algo parecido. No obstante, este detalle no lo hacía menos amenazador, sino más bien al contrario. Además era el mas alto del Consejo de los Siete. Su figura era en verdad imponente y con ese hábito y esa máscara, uno casi podía imaginárselo como la mano derecha de algún dictador galáctico, asesinando niños o secuestrando princesas de peinados imposiblemente ridículos.

-Número Cinco, intenta controlarte, querido. Seguro que nuestro invitado no deseado nos dará una explicación satisfactoria. Por la cuenta que le trae... -La voz de Número 6 era pura sensualidad, pero a la vez y por extraño que pueda parecer era tan fría y punzante como un pica-hielos. Por su forma de hablar se notaba que estaba acostumbrada a tratar con situaciones tensas y salirse con la suya. Desde luego, el hábito no hacía al monje y de seguro que habría estado mas cómoda embutida en un modelito de alta costura súper ceñido y extremadamente corto. Un atuendo mucho mas apropiado para desplegar sus armas de mujer fatal, capaz de robar los corazones y las mentes de los hombres con algo tan sencillo como un cruce de piernas.

El resto del Consejo permaneció en silencio, como a la expectativa. Huelga decir, que sus identidades, al menos su aspecto exterior, estaban protegidas por los hábitos con los que iban vestidos, así que sus voces eran prácticamente su único rasgo distintivo.

Las siete mascaras doradas observaron a aquel personaje desconocido que se enfrentaba a ellos en mitad de la estancia, vistiendo idénticos ropajes a los suyos.

Era muy corpulento, pero no demasiado alto. Este adjetivo pertenecía por completo a su acompañante, que si bien era mas esbelto, fácilmente medía unos 35 o puede que 40 centímetros mas de altura, al rededor de un metro y noventa centímetros largos, por lo menos. Llevaba una armadura similar a la que solía usar un celebre asesino a sueldo apodado “Dumas”, lo cual era desconcertante, ya que dicho personaje llevaba bastante tiempo criando malvas(2). Aunque claro, el mundo era un lugar lo suficientemente extraño como para no sorprenderse tanto por una resurrección o dos. Cosas más increíbles sucedían cada día.

Tan desconcertante como la identidad del guardaespaldas del encapuchado misterioso -puede que tal vez más-, era la carga que portaba este en su mano derecha: Un recipiente, una nevera portátil, similar a las que se usan en las acampadas o... O a las que se usan en los hospitales, en las unidades de trasplantes.

El intruso encapuchado habló:

-No estoy aquí para dar explicaciones -su voz estaba distorsionada electrónicamente.

-¡QUÉ INSOLENCIA! -El Número Cinco volvió a alzarse, golpeando fuertemente con sus puños cerrados la mesa que tenía delante.

-Buonasera... Buonasera, signori... e signorina -El Número Tres no podía ocultar sus orígenes sicilianos, ni lo pretendía tampoco. Por su voz, que sonaba como si tuviera las cuerdas vocales cubiertas de cristales rotos, parecía una persona de unos cincuenta años largos. Su tono era tranquilo, casi familiar... Pero quién sabe si por dentro, en su mente y su corazón, no tenía grabada a fuego la palabra vendetta-. Vienes sin ser invitado, no como amigo, sino a faltarnos al respeto, aquí precisamente, en nuestra propia casa. O bien no sabes a quién le estás hablando o, sencillamente, tienes ganas de morir, muchacho...

-Se perfectamente con quien hablo, viejo, con siete estúpidos que no se dan cuenta de lo que tienen delante de sus narices.

-¡JIJIJIJIJIJI! ¡Que divertido es este idiota! -El Número Siete era mas voluminoso que el resto de sus compañeros y poseía una voz afeminada y estridente. Sobre sus rodillas había un perrillo de pelaje ceniciento y rizado al cual no dejaba de acariciar ni siquiera mientras se desternillaba. Uno no podía por menos que preguntarse, que demonios pintaba un individuo así en un cónclave tan importante. Sabe Dios quien sería realmente-. ¡Matémoslos a ahora! ¡La sangre es tan excitante! Y más que contemplarla, me encanta su sabor. El sabor de la sangre caliente, recién derramada... ¡Asesinato! ¡Canibalismo! ¡Coprofilia! ¡La repugnancia es mi política! ¡La corrupción es mi vida! -Número Siete era en verdad un individuo desequilibrado, merecedor quizás del apelativo de "la persona más inmunda del mundo".

-¡Ya es suficiente! -Esta vez fue Número Uno quien tomó la palabra- Dinos a qué demonios has venido y como has llegado hasta aquí sin que nuestras defensas te detectasen y te aniquilasen, o yo mismo bajaré ahí y por mis cojones que te sacaré la respuesta con mis propias manos -su voz tenía ecos caribeños y sonaba tan seguro de si mismo, que cualquiera hubiera dicho que aquella persona en verdad se consideraba a sí misma “el mejor”, o pensaba que el mundo entero era de su propiedad.

-Estoy aquí para asumir el liderazgo de la COLMENA.

-¿¡PERO QUÉ COÑO ESTÁ DICIENDO ESTE MIERDECILLA!? NO, NO, NO, NO, NO. ESTO YA PASA DE CASTAÑO OSCURO, HERMANOS. Este puto tapón ya puede irse preparando, porque cuando acabe con él, su maldito culo de zampabollos no servirá ni para dar de comer a los cangrejos -el Número Cuatro no podía evitar sonar como un jodido gangster negro tan cabreado como si le hubieran robado su cartera original “BAD MOTHERFUCKER”.

-No me intimidas, NEGRO -El intruso era un muro inquebrantable ante las amenazas y el peligro que suponía estar donde estaba y haber hecho las afirmaciones que él había hecho-. Ni siquiera eres capaz de ocultar tu ascendencia étnica aún llevando una máscara y un hábito. Apestas a negro barriobajero. No eres más que un BUFÓN...

-¡TE VOY A...! -El Número Cuatro se disponía a abalanzarse sobre el desconocido cuando la voz de Número Dos le detuvo.

-Por favor, hermano, contén tu ímpetu homicida. Se un buen chico, Número Cuatro...

-¡PERO ES QUE ESE CULO MANTECA SE NOS ESTÁ SUBIENDO A LAS BARBAS Y... !

-Ah, ah, ah, ah, ah. Nada de peros, Número Cuatro -El Número Dos sonaba como un hombre maduro y extremadamente refinado, sin ningún acento reconocible que delatase su procedencia. Su lengua era como un escalpelo, afilada y aséptica. Algo en él hacía que incluso a sus “hermanos” se les helase la sangre al escucharle, pero al mismo tiempo poseía un magnetismo similar al que ejerce una llama para las polillas. Una especie de atractivo letal-. La falta de modales es algo imperdonable. ¿Qué clase de anfitriones seriamos si no dejásemos explicarse a tan pintoresco visitante? ¿N'est ce pas, Número Uno? -Número Uno podía ser la voz con más fuerza del consejo, pero aquel que dominaba claramente en intelecto puro y temor, era Número Dos. Ante la pregunta de su lugarteniente de facto, solo atinó a añadir un lacónico:

-Que hable.

-Seré breve -Respondió el desconocido-. Como ya he dicho, estoy aquí para convertirme en líder de La COLMENA. Y aquí mismo traigo mis credenciales. Muéstraselo a estos idiotas -le dijo a su singular acompañante, qué abrió la nevera portátil y con sumo cuidado, extrajo de ella un objeto del tamaño de un melón grande, recubierto por una bolsa hermética de plástico. Usando una de sus cuchillas con forma de flor de lys, el guardaespaldas rasgó la bolsa y con una mano sacó lo que contenía, alzándolo para que la iluminación de la sala lo hiciera bien visible para el graderío, que se llenó de toda clase de murmullos, exclamaciones y gestos de desaprobación. Y no era para menos, ya que aquello que sostenía en alto la mano del supuesto Dumas, no era otra cosa que la cabeza de Damien Darhk, el anterior líder de La COLMENA(3). Solo Número Dos permaneció impasible, como si aquella cabeza con las cuencas de los ojos vacías y expresión atroz fuese la cosa mas normal del mundo. Una cesta con gatitos...

-¡Magnifico! Robaste todos los secretos del pobrecito Damien, y de paso, le robaste también la cabeza ¡BRAVO! -Número Dos sonrió bajo la máscara-. ¡Ah, los ojos...! Algunos dicen que son el espejo del alma, pero a menudo, también pueden ser las llaves de algún reino oculto. O de una... COLMENA oculta -El intruso encapuchado levanto una de sus manos, mostrando al auditorio un bolígrafo plateado, que en su extremo mas agudo tenía algo clavado, algo viscoso y esférico: un ojo.

-Identificación retinal, claro -añadió Número Uno.

-¡EL MUY HIJODEPUTA! -Gritó Número Cuatro con su habitual tono barriobajero.

-No se puede negar que ha sido muy astuto -Comentó Número Tres.

-Y valiente... -Replicó la Número Seis.

-¡BAH! Deberíamos mandarlos al triturador de basuras... -Refunfuño Número Cinco.

-Muy bien -dijo Número Uno-. Ya te has ganado nuestra atención, tipo duro. Es poco ortodoxo, pero tienes cojones. Y yo respeto eso. Pero si quieres que tu candidatura sea efectiva, tienes que descubrirte ante el Consejo. No pueden existir secretos en este Círculo.

-Como deseéis...

El desconocido bajó su capucha y retiró la máscara dorada que ocultaba las facciones de su rostro, provocando el desconcierto entre su público:

-¡Inconcebible!

-¡Pero... No puede ser!

-¿¡PERO QUE MIERDA ES ESTA!?

-¿He satisfecho ya vuestra curiosidad? -Dijo el aspirante a líder haciendo una media reverencia.

-Pero tú... Tú no puedes...

El desconocido -ahora solo para vosotros, aguerridos lectores- volvió a ocultar su verdadero rostro tras la máscara y bajo la capucha.

-Como ya os he dicho, he venido a tomar posesión de lo que ya es mío, no a pedir nada. En este momento, toda la Colmena observa lo que sucede en esta sala. Zánganos, Guerreros, Obreros, hasta el último de ellos, por conexión vídeo-neural. Todo esta elaborada charada para entrar en vuestro círculo, supuestamente inexpugnable, solamente ha sido para demostrarles a todos y cada uno de ellos mi poder y mi determinación. Mostraros mi rostro a vosotros ha sido, como suele decirse, la última voluntad del condenado que YO os he concedido. ¿Queréis añadir alguna estupidez mas antes de morir, fantoches?

-¡Esto es absurdo! ¡Jamás podréis salir de aquí con vida!

-No tengo intención de ir a ningún sitio. Estoy reclamando mi derecho de conquista. Y tú ya has hablado demasiado para ser un hombre muerto, Número Uno.

-¿Que vas a hacer? ¿Subiréis tu y tu amiguito aquí arriba y nos matareis? ¡Oh, qué miedo! ¡Vamos, intentadlo! JAJAJAJAJAJA -Al verlo reír, el resto de los miembros del Consejo lo acompañó en su mofa.

-No os reiríais tanto si supierais que todas las defensas de la sala quedaron inutilizadas desde el momento en que mi compañero y yo entramos en ella. Y está sellada. Solo YO controlo quién entra y quién sale. Podéis comprobarlo... -Número Siete se levantó dejando caer al perrillo que tenía en su regazo y trato de salir de la sala por la puerta que había a su espalda, pero esta no se abría, por mucho que la aporrease-. Lo tenéis realmente mal... “HERMANOS”.

-¡El campo de fuerza no funciona! -Gritó el Número Cinco.

-¡Las armas automáticas están desconectadas! -La Número Seis ya no parecía tan dura- ¡No consigo activarlas!

-¿PERO QUE COÑO...? -Añadió un desconcertado Número Cuatro.

A todo esto, Número Siete se había derrumbado ante la puerta y lloraba en posición fetal, cual si fuera un bebe gigantesco. Una gran mancha de humedad se dibujaba en su túnica y el perrillo ladraba y ladraba sin parar junto a él.

-¡Figlio di putana schifosa! ¡Vaffanculo! -Chillaba el Número Tres con su voz cascada y gutural mientras hacía aspavientos con las manos en dirección a los intrusos.

Número Dos permaneció en su sillón, impertérrito, como si él estuviera mas allá de lo que sucedía a su alrededor. Número Uno finalmente explotó:

-¿¡Quieres joderme, eh!? ¡Vamos! ¡Cobarde! -Exclamó mientras sacaba un arma de entre sus ropajes.

-Adelante -Dijo el encapuchado a la vez que hacía un leve gesto con los dedos de su enguantada mano derecha, suficiente para que su secuaz, el presunto Dumas, se lanzara al ataque. De un solo salto,se plantó en el nivel superior donde se encontraba la mesa semicircular y los sillones del Círculo de 7, frente a frente con Número Uno.

-¿Crees que puedes conmigo? ¡Necesitas un jodido ejercito para cogerme a mí! ¡Al infierno! -Y el portavoz de Los 7 se dispuso a descargar su arma contra el agresor. Pero su intento quedó en nada, ya que la velocidad del asesino era inhumana y se movía como un autentico torbellino de cuchillas afiladas que segó su vida de manera inmisericorde. El resto hizo ademán bien de defenderse o de huir, pero ante la pericia de su atacante, les fue imposible realizar ni lo uno ni lo otro y fueron exterminados igualmente sin compasión.

Aquella coreografía sangrienta no debió durar realmente mas que unos pocos segundos. Para cuando Dumas, o su doble -aunque después de verlo en acción tanto daba una cosa que otra-, dejó de moverse, en la sala solo quedaban vivas tres personas: el asesino, su encapuchado jefe y el Número Dos. Fue este último quien habló:

-Realmente impresionante. Tiene usted un socio que es un auténtico artista con el cuchillo. Y créame, se de lo que hablo... Bien. Debo suponer que por alguna razón que le pertenece solamente a usted ha decidido mantenerme con vida, ¿me equivoco?

-De cabo a rabo, “doctor” -El encapuchado misterioso había subido al nivel de la mesa del Consejo y se encontraba frente a frente con el Número Dos, escoltado por su mortal acompañante. Se acercó a él, que seguía sentado en su sillón y levantando su brazo derecho le apuntó a la frente con el cañón de un arma de gran calibre-. Simplemente, quería guardarme para mí el placer de acabar con un perro rabioso como usted.

-Touché. Bueno, será una experiencia nueva. Mi madre siempre me decía que había que...


La parte de atrás del cráneo de Número Dos saltó en mil pedazos, salpicando de sangre oscura y espesa y restos de materia gris la pared que había a escasos metros a su espalda. Acto seguido, el desconocido apuntó al perro de Número Siete, que aún continuaba ladrando.

-Y tú... -El animal demostró su inteligencia dejando de ladrar al fin y yendo a acurrucarse junto al cadáver de su amo entre gimoteos lastimosos.

-Está hecho. Ahora La COLMENA es mía. Sin disensiones, sin disputas internas. Hoy COLMENA, mañana, los Estados Unidos. Después, el mundo entero. Un mundo en paz, próspero y bajo un único mando: El mío. Vamos, mi fiel amigo, tenemos mucho que hacer -El secuaz estaba parado, absorto en la contemplación de su obra, los cadáveres de Los Siete-. ¿Qué haces ahí parado?

-Me gustaban sus voces, sonaban como las de la tele.

Continuará...

Si te ha gustado la historia, ¡coméntala y compártela! ;)

Referencias:
1.- H.I.V.E. es el acrónimo de la Organización Internacional de Venganza y Eliminación (Hierarchy of International Vengeance and Elimination en inglés) una organización originalmente creada para suplir con asesinos profesionales al bajo mundo.
2.- Dumas será un viejo conocido para los lectores de la serie Manhunter durante la etapa de Mark Shaw bajo la máscara. No ha vuelto a salir en los comics desde entonces.
3.- Damien Darhk fue asesinado en el primer número de esta misma serie.

5 comentarios :

  1. Mi favorito hasta ahora. Me encanta. Tiene más acción, es más ágil, y las referencias... <3

    Enhorabuena ^^

    ResponderEliminar
  2. Bueno, después de tanto esperar y armar la historia, nos vamos al otro lado de la moneda. Esto se ha puesto interesante.

    ResponderEliminar
  3. Vaya, pues esto sí que no me lo esperaba. Cuando el final del número anterior parecía indicar que éste sería un episodio más de presentación en el que King Faraday se encontraría con el doctor Megala en los sótanos de la base, Juan B. Cantó nos sorprende cambiando de escenario para hacerle una interesante visita a los villanos de esta serie: la Colmena o más bien H.I.V.E.

    Y es que nuestro autor, al igual que los Cylons, siempre ha tenido un Plan. Si hacéis un poco de memoria, quizá recordéis que en el prólogo del #1 de Task Force-X se mostraba la eliminación de nada menos que el líder de H.I.V.E., y bueno, parece que hoy estamos de suerte porque en este quinto episodio tendremos las respuestas a buena parte de las preguntas que nos pudieran surgir entonces. Un episodio centrado exclusivamente en esta organización criminal, que deja la situación muy "calentita" de cara a futuras entregas, cuando previsiblemente, los intereses de H.I.V.E. colisionen con los de la organización dirigida por Faraday.

    Un número intenso, bien llevado a ritmo de conversación y con un final potente. Conclusión: ¡mola! :D

    ResponderEliminar